Los objetivos estratégicos de la educación apuntan a mejorar la calidad de la educación por medio de la diversificación de contenidos y métodos, promover la experimentación, la innovación, la difusión y el uso compartido de información y de buenas prácticas, la formación de comunidades de aprendizaje y estimular un diálogo fluido sobre las políticas a seguir.
Con la llegada de las tecnologías, la profesión docente está cambiando. Se modifica el enfoque centrado en el profesor (quien utiliza el pizarrón y el discurso) hacia una formación cerrada principalmente en el alumno dentro de un entorno interactivo de aprendizaje.
De esta manera se logra pasar a una actividad pasiva por parte del alumnado a una actividad constante, a una búsqueda y replanteamiento continúo de contenidos procedimientos. Aumentan la implicación del alumnado en sus tareas y desarrollan su iniciativa, ya que se ven obligados constantemente a tomar "pequeñas" decisiones, a filtrar información, a escoger y seleccionar.
En el caso específico de las matemáticas, éstas se consideran abstractas y por ende, necesitan una completa atención y dedicación para poder apropiarse de sus conceptos.
La integración de las TIC dentro de la currícula sirve como puente para la apropiación de conceptos matemáticos ya que no es suficiente con contextualizar este conocimiento y, a la vez, utilizarla como herramienta que permita evidenciarlo.
Las TIC tienen un impacto muy grande, pues en ocasiones sirven para comprobar resultados o reforzar conceptos y en otras, que son las más importantes, sirven para que el estudiante construya autónomamente su propio conocimiento.
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